Con el corazón en la mano y la esperanza como única brújula, decenas de familias marcharon una vez más por las calles de Tepic. Este año se llevó a cabo la 8ª Marcha de los colectivos de búsqueda de personas desaparecidas en Nayarit, encabezada por el colectivo “Familias Unidas por Nayarit”, quienes, incansables, siguen exigiendo justicia, verdad y la localización de sus seres queridos.
Han pasado ocho años, ocho marchas, cientos de jornadas de búsqueda y miles de lágrimas. Y aun así, no hay descanso. Las familias se niegan a olvidar y se enfrentan al silencio institucional con pancartas, fotografías, cruces y voces que claman por quienes ya no están.
Actualmente, en Nayarit se contabilizan casi 2 mil personas desaparecidas. Dos mil historias truncadas. Dos mil ausencias que duelen todos los días. Detrás de cada una, hay una madre, un padre, un hermano o una hija que aún espera.
“El Estado no puede seguir dándonos la espalda. No pedimos favores, exigimos lo mínimo: que se nos ayude a buscar, que se nos escuche, que se nos mire”, declaró una de las integrantes del colectivo durante la marcha.
Esta manifestación no es una protesta cualquiera: es un acto de amor profundo y de lucha constante. Un recordatorio de que, mientras no haya respuestas, las calles seguirán llenándose de pasos que buscan a los que se llevó la impunidad.
El eco de esta octava marcha resuena más fuerte que nunca. Porque cada paso dado en su nombre es un grito por la vida, por la verdad y por un país donde nunca más falte nadie.




